Casi el 40% de todas las defunciones de menores de cinco años ocurren durante el período neonatal, o sea, el primer mes de vida, y son causadas por diversas complicaciones. Alrededor del 26% de estas muertes neonatales –que representan el 10% de todas las defunciones de niños menores de cinco años– son producidas por infecciones graves. Una proporción significativa de
esas infecciones son originadas por la neumonía y la sepsis (una grave infección bacteriana transmitida por la sangre, que también se trata con antibióticos). Cerca de 2 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente de neumonía –más o menos uno de cada cinco fallecimientos a escala mundial–, y hasta 1 millón más mueren por infecciones graves, incluida la neumonía, durante el período neonatal. No obstante los progresos realizados desde 1980, las
nfermedades diarreicas ocasionan el 17% de las muertesde menores de cinco años. El paludismo, el sarampión y el SIDA, en conjunto, son responsables del 15% de las
defunciones infantiles.
Más allá de sus repercusiones individuales, muchas enfermedades y problemas de salud interactúan, elevando las tasas de mortalidad. La desnutrición contribuye hasta al 50% de las muertes infantiles. El agua insalubre, la higiene deficiente y las condiciones inadecuadas de saneamiento no solo explican la alta incidencia de las enfermedades diarreicas, sino que contribuyen de manera importante a la mortalidad de los niños menores de cinco años por neumonía, complicaciones neonatales y desnutrición.
Fuente: Estado Mundial de la Salud 2008, Unicef
La desnutrición se relaciona hasta con el 50% de todas las muertes de niños menores de cinco años.