“Denunciar el mundo"

"Ante tanta crueldad con víctimas sin poder de autorepresentación y que se desarrollan en estado de indefensión, trabajar por y con ellas significa denunciar el mundo” (Eduardo Bustelo Graffigna )

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Que más de 30.000 niños morirán
Que los que se salven hoy, morirán mañana pues no tienen fuerza siquiera para abrir sus ojitos
Que millones gimen de dolor lesionados y quemados por la guerra
Que se les niega hasta la medicina básica para calmar su dolor
Que son violados, ultrajados, mutilados sistemáticamente


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miércoles, 23 de enero de 2008

Neumonia: el asesino olvidado de los niños

La neumonía cobra más vidas infantiles que ninguna otra enfermedad –más que el SIDA, el paludismo y el sarampión combinados– y es una causa importante de mortalidad en la infancia en todas las regiones. Dependiendo de la edad y de la causa de la infección, puede producir una
amplia gama de síntomas en los niños. Entre los más comunes están la respiración rápida o dificultad respiratoria, tos, fiebre, escalofrío, dolor de cabeza, pérdida del apetito y respiración sibilante. Los casos graves de neumonía en niños muy pequeños pueden producir convulsiones,
hipotermia, aletargamiento y problemas de alimentación. En la infancia, los síntomas de la neumonía y el paludismogeneralmente se superponen, dificultando el tratamiento y la posibilidad de obtener asistencia en la comunidad.En efecto, a veces resulta imposible saber si la fiebre alta,
la tos y la respiración rápida son signos de neumonía o de paludismo, especialmente tratándose de niños muy pequeños, por lo que casi siempre reciben tratamiento para las dos enfermedades. Cuando un pequeño desarrolla neumonía, los progenitores o la persona que lo cuida deben reconocer los síntomas y buscar atención médicainmediatamente.
Los niños sanos tienen defensas naturales que protegen sus pulmones contra los patógenos que producen neumonía. Pero los niños desnutridos, particularmente los que no
son alimentados exclusivamente con leche materna, los
que tienen una ingesta inadecuada de zinc y aquellos cuyos sistemas inmunológicos están débiles, corren un riesgo más alto de desarrollar neumonía. Los que sufren de otras enfermedades, como sarampión, y los que viven con el VIH tienen más probabilidades de desarrollar esta enfermedad.
Factores ambientales como el hacinamiento en el hogar y la exposición al humo del cigarrillo o a la contaminación del aire en recintos cerrados aumentan la susceptibilidad de los niños a contraer neumonía.
Para reducir las muertes infantiles por esta causa, la prevención es tan importante como la curación. Las medidas preventivas clave para los niños son una nutrición adecuada (incluyendo alimentación exclusiva con leche materna, la administración de suplementos de vitamina A y la ingesta de zinc), reducir la contaminación del aire en los lugares cerrados y aumentar las tasas de inmunización con vacunas que ayudan a prevenir el desarrollo de infecciones que causan directamente neumonía, como la Haemophilus influenzae tipo b (Hib), y con vacunas que evitan infecciones que pueden complicarse y convertirse en neumonía (por ejemplo, el sarampión y la tos ferina). Cada vez habrá más disponibilidad de vacunas para proteger a los lactantes
y a los niños pequeños contra el Streptococcus pneumoniae, la causa más frecuente de neumonía grave entre los niños del mundo en desarrollo.
Una gran proporción de casos de neumonía grave entre los niños del mundo en desarrollo son de origen bacteriano –sobre todo, Streptococcus pneumoniae o Haemophilus influenzae– y, por lo tanto, se pueden tratar eficazmente en el hogar con antibióticos asequibles, siempre y cuando las
personas que cuidan a los niños sigan las instrucciones al pie de la letra y vuelvan a buscar ayuda cuantas veces sea necesario. En todo el mundo en desarrollo hay evidencias de que, cuando estas condiciones se cumplen, la gestión de la neumonía a escala comunitaria es sumamente eficaz. Un
metanálisis de los resultados de nueve estudios efectuados en siete países –incluida la República Unida de Tanzanía– para determinar el impacto de la gestión de los casos de neumonía en las comunidades, no solo reveló una disminución significativa de la mortalidad por esta enfermedad, sino de la mortalidad en la infancia en general. El resultado de los ensayos fue una reducción del 26% en la mortalidad enla infancia y del 37% en la mortalidad por neumonía.

Fuente: Estado Mundial de la Infancia 2008, Unicef
http://www.unicef.org/spanish/sowc08/docs/sowc08-sp.pdf

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